Ozempic chic: ¿no ya habíamos superado la delgadez extrema?

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Por Erika Rejón

Columna ‘Artículos en rebaja’

“No importa los daños irreparables que puedas causarte, hay que perseguir la delgadez a toda costa”.

La drogadicción y la cultura de la fiesta formaron el pilar de los años 2000. La dualidad entre las conductas autodestructivas y vidas glamorosas de las modelos definieron tajantemente los hábitos alimentarios e ideas de imagen corporal de las mujeres y niñas de la época. Mismas que, ahora siendo adultas, alertan sobre la regresión a los mismos patrones en los últimos años.

Kate Moss Ozempic Heorin Girl
Collage © Matilda Ro

Hasta el 2014, era común encontrar en varios rincones del internet comunidades que empujaban ese ideal, con la ayuda de imaginería hasta chocante: cigarros, moretones, piel pálida, thigh gaps, alcohol barato, manos huesudas… Sin embargo, alrededor del año 2016, la marea comenzó a cambiar. Gran cantidad de voces influyentes de la industria del entretenimiento llevó la conversación sobre sus propios trastornos alimenticios, abuso de sustancias y trabajo en terapia respecto a su cuerpo, al oído público.  El movimiento Body Positive y sus variables, aun habiendo surgido a finales del siglo XX, tomó más fuerza y, por primera vez, vimos la resistencia de cuerpos diversos oponerse con firmeza a la rampante gordofobia. Desafortunadamente, este oasis de progreso no duró demasiado. 

Actualmente, el discurso político ha intercambiado la tolerancia por la crueldad y es cada vez más común ver señalamientos y acoso –online o en persona– que hace tres años se habrían enfrentado a consecuencias públicas, laborales y escolares. Un factor que ha propulsado esta transformación es la popularización del ozempic, una medicina recetada para tratar la diabetes de tipo dos y que, al ralentizar la producción y liberación del azúcar en el hígado, suprime el apetito y prolonga el efecto de saciedad. El mundo se abrió ante esta pastilla mágica para la pérdida de peso en el 2022, sin embargo, su uso desenfrenado, fuera de prescripción, y no aprobado por la Therapeutic Goods Administration, inició desde antes, pues en abril de ese año el activo principal (semaglutida) ya se encontraba en escasez.

Esta disparidad entre demanda y producción se levantó apenas en febrero de 2025, según la FDA. Mientras las celebridades pasaban las etapas de ensayo y error, muchas personas diagnosticadas con diabetes tuvieron grandes dificultades para acceder a un medicamento que necesitan para una vida decente, no sólo por la poca producción, sino por los elevados precios que hay que pagar si tu seguro médico no la cubre o es incapaz de conseguirla—alrededor de 997.58 dólares (NovoCare).

Una de las críticas más esparcidas respecto al uso del ozempic es el “abandono” del Body Positive por parte de famosas cuya marca ha girado en torno a la aceptación de imágen corporal desde el inicio de sus carreras. No sería completamente justo juzgar a las mujeres que nunca han tenido un descanso de las burlas y críticas hacia su cuerpo, sin importar cuánto prueben su salud o lo mucho que se amen,  por caer ante las garras de un “milagro” que les promete el acceso a una vida con más oportunidades y respeto, tanto de la industria como del público general. Más bien, la pregunta que propongo aquí es, ¿quiénes tienen acceso a cambiar sus cuerpos rápida- aunque peligrosa-mente? Tomando en cuenta el alto costo de productos para el cuidado del cuerpo o, más bien, para su óptima presentación, es claro que el acceso a ellos es cuanto menos complicado y cuanto más restringido. No solamente por los productos en sí, sino por los cambios abruptos que el cuerpo debe soportar entre cada método.

Durante la década del 2010, las Kardashians vislumbraron al mundo con sus cuerpos de curvas acentuadas y solidificaron nuevos referentes de belleza. Ahora, la disolución del filler e implantes marcan una nueva pauta: verse delgados, a como dé lugar, pero promocionando sus kits de wellness®. Una caricatura de la salud. Los shots de jengibre y vitamina C después de una sesión de pilates han probado ser insuficientes para mantener un cuerpo doble cero por sí solos; a pesar de eso, modelos e influencers continúan asegurando que ese es el secreto. El verdadero secreto, que más bien es conocimiento público ignorado a conciencia, es que las celebridades —del entretenimiento, la política, los deportes y demás—cuentan con el capital y las conexiones suficientes para transformarse a sí mismos en las versiones más deseadas, a la venta-por-tiempo-limitado.

Los cambios en el clima político y las variaciones en la economía no son los únicos aspectos que intervienen en los paradigmas estéticos, la accesibilidad del público general es también determinante. Una vez que las masas logran obtener una fracción de lo que el 1% les dice constantemente que necesitan, las manecillas se mueven de regreso hacia el otro extremo. Ya que los brazilian butt lifts (BBLs) se han vuelto una cirugía más común—con sus riesgos y negligencias— desde arriba llega la noticia de que las curvas ya no son bienvenidas. Ya que las inyecciones faciales han bajado su costo, los face-lifts (más caros, más invasivos y más permanentes) empiezan a dominar y, lo que es más cruel, bajo la fachada de que la piel estirada y tersa es consecuencia de “una vida más sana y orgánica”, con la intención de retrasar lo mayor posible el momento de auge entre la gente normal. 

Estas tácticas mentalmente agotadoras de parte de las élites se alimentan de nuestro deseo por pertenecer y por el impulso de ceder ante la presión, que afecta desproporcionadamente a las mujeres. La moda y las tendencias son cíclicas. Lo que era popular antes, volverá a serlo en algún momento, sea que estemos vivos para verlo o no. Sabemos también que el cuerpo de las mujeres ha sido considerado una comodidad, un producto para moldear y promocionar según las necesidades de las compañías. ¿Por cuánto tiempo más continuarán editándonos y vendiéndonos el producto final? ¿Es que nuestra agencia está permanentemente a la venta? ¿O somos capaces de separar nuestro valor de nuestra imagen?