El sueño de la vivienda propia: cada vez más lejano para los jóvenes en Yucatán

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A los 16 años, Joshua Peña comenzó su vida laboral como garrotero en un restaurante de Mérida. Cuando lo ascendieron al puesto de mesero, decidió dar el paso para adquirir una casa propia.

Sin embargo el sueño se convirtió en un reto complejo: ha pasado aproximadamente un año y medio intentando comprarla con el crédito del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), al que tiene derecho como trabajador formal, pero solamente puede acceder a uno de 500 mil pesos, monto insuficiente para cubrir las opciones de vivienda disponibles, con costos que superan el millón de pesos.

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Las dificultades para obtener una vivienda siendo una persona joven que recién se incorpora al mercado laboral se agravan por el aumento de los costos de las casas. (Foto © Kelly Gómez)

Joshua Peña, hoy con 20 años, no es el único joven que atraviesa esta situación. El propio gerente técnico de la Delegación Yucatán del Infonavit, Humberto Vázquez, confirmó para esta entrevista, que su hijo le ha expresado sobre el temor y la preocupación que los jóvenes sienten ante la imposibilidad de acceder a una vivienda propia.

Las dificultades para obtener una vivienda siendo una persona joven que recién se incorpora al mercado laboral se agravan por el aumento en los costos de las casas. Según un análisis de Tinsa México by Accumin, los precios de la vivienda en Mérida han experimentado incrementos anuales significativos: 14.6% en el caso de viviendas usadas y 15.6% en unidades nuevas. Además, la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) Mérida, informó que los precios de los inmuebles en la ciudad aumentaron 40% en los últimos dos años. 

Esto también se refleja en las rentas, ya que la zona Centro de Mérida presentó un alza de 41.7% entre enero de 2022 y enero de 2024. 

Datos del SHF confirman que las viviendas céntricas están fuera del alcance de gran parte de la población local. (Foto © Samuel Ramírez)

Este fenómeno se atribuye a la demanda de desarrollos de lujo, el encarecimiento de los materiales de construcción y también como respuesta a la especulación inmobiliaria. Datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) respaldan esta tendencia, mostrando que las viviendas céntricas y en nuevos desarrollos están fuera del alcance de gran parte de la población local.

De acuerdo con especialistas, como el investigador Gerardo Sánchez Trejo, doctorante en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Yucatán; el fenómeno de la gentrificación está transformando, entre otras áreas, los barrios históricos de Mérida, encareciendo precios, desplazando a habitantes locales y cambiando la estructura urbana.

El académico describió esta situación como preocupante, mencionando la existencia de una «burbuja inmobiliaria» provocada por una sobreoferta de viviendas que no se ajustaban a la demanda real. De acuerdo con sus estudios —actualmente se encuentra realizando su tesis de doctorado sobre la publicidad de la industria inmobiliaria en comisarías de Mérida—, la vivienda de interés social tiende a quedar abandonada debido a su lejanía de los centros urbanos y de trabajo, mientras que la especulación eleva los costos de renta y predial.

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Humberto Vázquez explicó que la oferta de vivienda económica ha disminuido por el encarecimiento de los materiales y la falta de subsidios gubernamentales para la construcción de vivienda de interés social. (Foto © Daniel Vizcaya)

¿Conseguir un crédito ya no es suficiente?

Otro testimonio para esta investigación, fue el de Jesús Baquedano quien decidió adquirir una casa tras enfrentar problemas con el propietario de la vivienda que rentaba. El joven de 20 años, pudo acceder a un crédito de Infonavit y aunque los trámites no representaron un desafío, las limitaciones en el monto lo llevaron a comprar un departamento tipo condominio ubicado lejos de su trabajo y escuela.

Vázquez confirmó esta realidad al señalar que, además de la falta de subsidios gubernamentales para la construcción de vivienda de interés social, son escasas las oportunidades de adquirir una vivienda adecuada a las necesidades de las y los compradores. Explicó que muchos aspirantes, tras precalificar y conocer su capacidad de compra, se enfrentan a la falta de opciones accesibles en el mercado.

Actualmente, el monto máximo de crédito que otorga el Infonavit es de 2 millones 716 mil 334 pesos. Sin embargo, son pocas las y los trabajadores que tienen acceso a ese monto de crédito, principalmente por el esquema de sueldos y salarios de la entidad.

“Aquí en el Estado desafortunadamente el trabajador no está registrado con el 100% del sueldo que está devengando. Muchos patrones lo que hacen es dar de alta a su trabajador con el salario mínimo, aunque el trabajador gane más del salario mínimo. Y el monto de crédito va de acuerdo con ese salario. Eso limita en cuanto a las prestaciones por ley y al monto de crédito, porque el monto de crédito es con base al salario integrado que tiene registrado el patrón. Si registraran el salario real pagarían más impuestos, pero [los trabajadores] tendrían mayores prestaciones y mayor monto de crédito. Pero bueno, eso no lo podemos evitar”, explicó Vázquez.

Entre 2019 y 2024, el Infonavit ha mostrado una fluctuación en el número de créditos formalizados en Yucatán, reflejando cambios significativos en la colocación de financiamientos. El año 2021 registró una ligera recuperación, llegando a 12 mil créditos formalizados, aunque aún por debajo del nivel de 2019. En 2024, hasta el momento, el número de créditos formalizados se ubica en 4.6 mil, consolidando una tendencia a la baja en comparación con los años anteriores.

De acuerdo con un comunicado, de 2019 al cierre de junio del 2024, el Infonavit  ha otorgado 20 mil 23 créditos para compra, ampliación y mejoramiento de vivienda a jóvenes de Yucatán, lo cual representa 35% de la colocación total de financiamientos en el estado.

Aunque el Infonavit ha implementado iniciativas como el aumento de la capacidad de crédito y la reducción de tasas de interés, estas medidas no han logrado equilibrar los precios del mercado. 

¿Existen opciones para combatir esta problemática?

Este equipo periodístico realizó una encuesta a 24 personas de entre 18 a 30 años de edad para conocer su percepción del costo de la vivienda. La mayoría de las personas encuestadas afirmaron que, a su parecer, los precios son muy altos, por lo cual la opción que ven más viable para independizarse es la vivienda compartida, la cual consiste en compartir casa con dos o más personas que no están emparentadas y que comparten responsabilidades y gastos.

Percepción del costo de la vivienda:

Tipo de vivienda más accesible:

Las personas expertas consultadas para realizar este reportaje también creen que hay soluciones para que las y los jóvenes puedan acceder a una vivienda. Una de las opciones que brinda el Infonavit es el programa “Unamos créditos”, con el cual ya no es necesario que dos personas estén casadas para adquirir una casa: entre amistades pueden unir sus créditos para alcanzar un valor de crédito superior al que tendrían que manera individual, para poder comprar una vivienda acorde a sus necesidades.

Por otro lado, en otras ciudades del país se han lanzado iniciativas como el programa de renta con opción a compra, que busca atender a quienes no cuentan con los puntos o la capacidad inmediata para adquirir una vivienda. Según proyecciones de la institución, esta iniciativa tendría el potencial de beneficiar a personas que desean una solución habitacional sin recurrir a un crédito hipotecario inicial.

El sueño de la 'vivienda propia' cada vez más lejos de los jóvenes en Yucatán
En 2022, la Unidad Estatal de Protección Civil contabilizó cerca de 200 predios abandonados en la ciudad de Mérida. (Foto © Samuel Ramírez)

Trejo sugiere la alternativa de la expropiación de los terrenos “ociosos” (aquellos que llevan un tiempo sin ser utilizados), para construir vivienda social. Un censo realizado en 2022 por la Unidad Estatal de Protección Civil reportó que hubo más de 200 predios abandonados, solo en Mérida, de los cuales 40 presentaron construcciones en riesgo de colapso debido a la falta de mantenimiento por parte de sus propietarios.

“Muchas veces le tenemos miedo a la palabra expropiación, pero muchas veces es para un beneficio. En Barcelona el gobierno hace eso: el ayuntamiento ha hecho este tipo de compras de inmuebles ociosos: llega el Estado y si no vive nadie ahí ni nadie reclama, el Estado lo compra y desarrollan vivienda social”, detalló.

En la opinión del investigador, por todos los obstáculos que atraviesan las y los jóvenes para acceder a una vivienda, pareciera que se trata de un privilegio y no lo que es: un derecho. “Actualmente la vivienda es un privilegio, pero las políticas públicas en curso tienen como objetivo convertirla nuevamente en un derecho, como lo fue en el pasado” concluyó.


Esta investigación forma parte de un proyecto escolar de la asignatura Géneros Periodísticos de la Licenciatura en Comunicación y Medios Digitales de la Universidad del Valle de México (UVM), Campus Mérida.

Créditos

Investigación: Erika Ruiz, Manuel López, Samuel Ramírez, Ximena Cruz y Alessandra Cárdenas
Redacción: Manuel López y Erika Ruiz
Gráficas: Erika Ruiz
Fotografía: Daniel Vizcaya, Samuel Ramírez y Kelly Gómez
Reels para redes sociales: Ximena Cruz y Alessandra Cárdenas
Edición: Matilda Ro