Mariana Enríquez y el terror latinoamericano en Nuestra parte de noche

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Por Matilda Sorel

Portada: El ángel caído de Alexandre Cabanel

Mariana Enríquez es una apasionada del terror y el género fantástico, lo cuál es evidente en su último libro: Nuestra parte de noche (Premio Herralde de novela, 2019), en el cual recopila todas sus obsesiones. Está clasificada dentro de la literatura de este género que suele estar excluido de la «alta literatura» pero esta historia ha sido escrita con una disciplina narrativa que no le pide nada a los textos más sofisticados.

La novela está divida en seis partes. Todas se narran alrededor de la historia de un culto a La Oscuridad, una deidad feroz, amorfa y hambrienta. La primera parte, situada en los años de la dictadura militar en Argentina, nos cuenta el viaje de Juan Peterson y su hijo Gaspar; cruzando en carretera, un breve guiño al libro La carretera de Cormac McCarthy, desde Buenos Aires hacia la mansión de los padres de su esposa, recientemente fallecida, en las cataratas de Iguazú, en la frontera norte con Brasil.

Juan intenta proteger a su hijo de un destino siniestro pero su forma de cuidado es brutal y cuestionable. Mariana crea un personaje al que se ama y se le teme por igual: Juan Peterson, el Dios Dorado, justo como el Heathcliff de Emily Brontë, del cuál, dicho en palabras de la autora, se tomó inspiración para la construcción del personaje, es un hombre roto emocionalmente y enfermo físicamente cuya única intención es salvar, de todas las formas posibles, a su hijo de un final atroz que parece inevitable.

Y leeremos a profundidad sobre esto en la tercera parte, cuando Gaspar es un adolescente, la que me ha parecido magnífica ya que hay una reconstrucción de un cuento de la autora, «La casa de Adela» el cual aparece en su libro Las cosas que perdimos en el fuego. Además de la mención de una tragedia en Colombia en el año 1985: Omayra, la de los ojos negros. Todo perfectamente hilado para la historia. En la última parte, Gaspar es un hombre joven con mucho dolor y se refleja en su interacción con los demás personajes. Las cicatrices de todo lo que sucedió en su pasado pueden verse claramente desde el inicio y solamente lo acercan a ese destino, del cual su padre quería salvarlo.

El terror de esta historia no es de este mundo pero son los mismos humanos quienes se encargan de alimentarlo con sus acciones perversas y egoístas. En cada capítulo encontraremos rituales sangrientos, secuestro, tortura, santos paganos, misticismo, enfermedad, sexo entre hombres, música y muchos otros temas que sazonan la historia.

Mariana es una maestra de las descripciones, nos deja imágenes mentales que nos aterrorizan durante días y nos hacen sentir como si estuviésemos presenciando todo con nuestros propios ojos.

Las referencias en el libro

Como mencioné antes, este libro recolecta las obsesiones de la autora y encontraremos muchos otros guiños. El título inspirado en un poema de Emily Dickinson, la idea de la trasferencia de conciencia a base de la novela fantástica de Adolfo Bioy Casares, las familias que conforman La Orden quiénes fueron moldeadas a base de las investigaciones que hizo de la clase alta para su libro sobre Silvina Ocampo (La hermana menor, 2014). Todas son intencionales. Al respecto, Mariana dijo: “Todo lo que uno lee, lo que escribe, termina condesándose en sus propios proyectos”. Y este ha sido un gran proyecto.

Para la portada, la editorial escogió El Ángel Caído de Alexander Cabanel que refuerza esta idea sobre el ser hermoso cuyas decisiones y cruel destino lo convierten en la representación de todo lo maligno.

Como plus, cuando leas el libro pon muchísima atención al capítulo narrado por Rosario, la esposa de Juan, ya que aparece un icono de la cultura pop. Cuando me di cuenta quién era, sonreí mucho y quedé fascinada.

¿Cómo nació la idea para escribir la novela?

En un breve instalive que tuvo con la Librería Alberti, Mariana mencionó que constantemente se preguntaba ¿cómo hacer terror latinoamericano y propio? En algún momento leyó sobre los tres niveles para provocar terror de Stephen King, de quién por cierto es fanática, y se planteó utilizar lo que conocía tan bien: folklor argentino, santería, la dictadura militar en su país y qué nos da miedo como sociedad. Aquí se nota su amor por lo macabro y el gusto por el detalle. El resultado ha sido una de las mejores novelas escritas en la actualidad. Es un libro oscuro pero deslumbrante.

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Para leer online: Bookmate